El nuevo paradigma en ciernes no termina de cristalizar porque primero debe hacerlo el sujeto capaz de pensarlo. El hiperser fractal es ese sujeto, que ya existe, pero nebuloso y sin la etiqueta, inconsciente de sí mismo.
El libro explora lo que implica la identidad fractal en cuatro áreas de la filosofía: conocimiento, ética, antropología filosófica y argumentación. Lo hace a través de ejemplos de aplicación a temas concretos de cada área: desde la otredad y el terrorismo, los fundamentalismos o las migraciones, la diversidad o las problemáticas de género, a la economía, la ecología, o las relaciones entre ciencia y arte, o entre imagen y argumentación.
Compara en cada ítem los resultados de enfocar desde la antropología usual del ser, o desde la del hiperser; muestra cómo cambian las preguntas, las líneas de investigación, y sobre todo las posibilidades de acción individual.
El concepto de fractal que el libro explica y el uso del mismo que desarrolla, es lo que precisa la miríada de intuiciones parciales que pueblan libros, papers e internet para poder ensamblarse y sinergizar; es un click que hace que todo encaje y encuentre su lugar. No es un nuevo gran relato, sino una imagen que permite visualizar el lugar de cada perspectiva en relación al todo de un modo productivo.
Tiene la extraña virtud de poder armonizar la diversidad más extrema con la unidad; inmanencia con trascendencia, cambio con permanencia, contradicción y coherencia.
Aplicado al problema de la identidad, habilita modos nuevos de construcción del Otro, de lo Otro, de la Otra, de los Otros; modos capaces de funcionar hoy, y también mañana, para los Sapiens que aún somos y para lo que sea aquello en lo que decidamos convertirnos.
Aplicado al tiempo, al cambio, a la resolución de problemas y la toma de decisiones, permite a la vez timonear las transformaciones en curso, funcionar mientras nos rediseñamos, y recrear la capacidad de convivir.
